Si te vas a hacer con un equipo nuevo y no tienes mucho espacio en tu escritorio, es posible que te estés preguntando si elegir un mini PC o un ordenador de sobremesa convencional.
Por las prestaciones que ofrecen este tipo de pequeños equipos, existen diversos contextos en los que optar por un mini PC es la opción más inteligente. Para otros usos, en cambio, decantarte por ellos puede suponer un auténtico dolor de cabeza.
La miniaturización de los componentes ha hecho posible que tanto los mini PC como las computadoras convencionales se equiparen en prestaciones hasta un cierto nivel. Sin embargo, las mayores diferencias entre uno y otro las encontramos en los extremos de exigencia a nivel de prestaciones. Es decir, cuando no necesitas un PC con un gran rendimiento o, justo lo contrario, debe ser una auténtica bestia a nivel de hardware.
Qué es un Mini PC y qué no
Antes de comenzar a desgranar las ventajas y desventajas que ofrecen los mini PC y los ordenadores convencionales, creemos que es interesante concretar qué es exactamente un mini PC.
Vale, aquí muchos pensarán, llevados por la lógica más aplastante, que un mini PC es un ordenador pequeño. Es aquí donde pueden surgir las primeras discrepancias ya que no es lo mismo un PC compacto que monte una placa base con factor de forma mini-ITX. Los mini PC son todavía más pequeños.
Estos ordenadores acostumbran a utilizar placas base de un tamaño muy compacto y un diseño personalizado para cada fabricante, en lugar de las distribuciones estándar que proporcionan las placas mini-ITX que puedes encontrar en el mercado y con las que te puedes construir un ordenador realmente pequeño…pero que no será un mini PC.
Modelos como los Intel NUC, Asus Vivomini, Acer Revo Cube o los Gigabyte Brix son algunos de los ejemplos de mini PC con Windows 10 más destacados que puedes encontrar en las tiendas. Tampoco podemos olvidarnos de Apple que también cuenta con un mini PC tan solvente en su catálogo como es el Mac Mini.
Los mini PC acostumbran a utilizar el mismo hardware que los portátiles, tales como procesadores integrados en la placa base, módulos de memoria SODIMM como los que usan los portátiles y unidades de almacenamiento de 2,5 pulgadas o con formato M.2 para ahorrar espacio en el interior de una caja tan compacta.
Ventajas de los MiniPC vs ordenador convencional
En muchas circunstancias no tenemos la posibilidad de utilizar un ordenador convencional, y en estos casos los mini PC se posicionan como una alternativa a estos ordenadores. ¿Los motivos? Permiten ahorrar espacio en tu mesa manteniendo la conectividad y los servicios que puedes necesitar, pero sin invertir una gran cantidad de dinero.
Ahorro de espacio en tu mesa
Los mini PC son pequeños, muy pequeños, y eso es una gran ventaja lo mires por donde lo mires.
La economía en el espacio convierte a los mini PC en una solución para puestos de ofimática, como en atención al cliente o recepción de una pequeña empresa, ordenadores para el departamento de administración e incluso para uso personal como un ordenador para navegar, revisar el correo o editar documentos.
Por ese motivo, los principales fabricantes cuentan con al menos un mini PC en sus catálogos profesionales, dado que es una opción económica para habilitar un puesto de producción ofimática o como cliente conectado a un servidor.
El tamaño compacto de estos ordenadores permite instalarlos en un soporte VESA tras la pantalla reduciendo al mínimo el espacio que ocupa, y su potencia es más que suficiente para ejecutar aplicaciones de ofimática e incluso ir un poco más allá con modelos más potentes.
Conectividad completa
Una de las grandes ventajas de los mini PC es que ofrecen una conectividad completa en un tamaño muy reducido.